¿Qué es la mayordomía?


La administración es…

 

Es difícil enseñar o practicar la mayordomía si no comprendemos claramente qué es exactamente. Si deseamos abrazarla, debemos aprender gradualmente a comprender cada definición o aspecto de ella.


 

Basado en las Escrituras

Todas las enseñanzas sobre la mayordomía provienen directamente de los Evangelios, el Antiguo Testamento y las cartas del Nuevo Testamento. La mayordomía no es una moda pasajera ni un término ambiental. La mayordomía es la forma en que Dios ha esperado que su pueblo viva desde el principio de los tiempos.


Dependencia de Dios

La administración es reconocer que todo lo que tenemos es un regalo de Dios. No podemos atribuirnos ningún mérito. Todo lo que tenemos y todo lo que hacemos es resultado de algún don que Dios ha puesto en nuestras manos.


Gratitud

La mayordomía es vivir una vida de gratitud: tomarse el tiempo cada día para reconocer los dones que Dios nos ha dado y estar agradecido por ellos.

 

Devolviendo

La mayordomía es devolverle a Dios una parte de nuestros dones. Estos dones son nuestro tiempo, nuestro talento y nuestro tesoro. Devolvemos estos dones no porque Dios o nuestra Iglesia los necesiten, sino porque sentimos una imperiosa necesidad de mostrarle nuestro amor y gratitud.

 

Transformador

La administración es transformadora. Una vez que adoptamos el mensaje de administración, cambia nuestra perspectiva sobre cada decisión que tomamos. La administración se convierte en un estilo de vida integral.

 

Una respuesta de amor

Una vez que permitimos que Dios habite verdaderamente en nuestros corazones, nos sentimos tan abrumados por su abundante amor que, naturalmente, sentimos la necesidad de unir nuestras vidas a las de Él y dedicar nuestro tiempo, talento y recursos a llevar a cabo la obra de Dios aquí en la tierra. Nuestra generosidad nace de nuestro interior y no de ninguna presión o recompensa externa.

 

Donación proporcional

La mayordomía nos llama a comprender que cada uno de nosotros está llamado a dar según lo que Dios nos ha dado. Ya no basamos nuestra donación en lo que otros dan. Ya no nos excusamos de dar porque no vemos que otros den. Más bien, damos en proporción a todo lo que Dios nos ha dado.

 

Oración - Pasar tiempo con Dios

La corresponsabilidad implica pasar tiempo con Dios. Reconociendo que cada día es un regalo de Dios, nos esforzamos por pasar parte de cada día con Él, a través de la oración, la misa, la Adoración Eucarística, la lectura de las Escrituras, el silencio, la meditación y otras actividades espirituales. Durante este tiempo, le preguntamos a Dios cómo quiere que usemos los dones que nos ha dado.

 

Participación - Compartiendo talento

La mayordomía implica compartir talentos. Reconociendo que Dios ha dotado a cada individuo de habilidades y talentos únicos para que juntos podamos realizar la obra de nuestro Señor, nos esforzamos por compartir nuestros propios talentos y por animar y dar la bienvenida a otros para que también usen los suyos y participen en la misión y el ministerio de la Iglesia.

 

Generosidad (Dar tesoros)

La mayordomía implica dar un tesoro. Dar tiempo y talento no nos exime de hacerlo. A lo largo de los Evangelios, Jesús nos retó a dar según lo que se nos ha dado. Conscientes de nuestras inmensas bendiciones financieras, nos esforzamos por dar generosamente para apoyar la edificación del reino de Dios. Reconocemos el diezmo del 10% como una importante meta de sacrificio. Aunque este nivel de donación puede no ser posible de inmediato, somos conscientes del porcentaje que estamos devolviendo. Nos esforzamos regularmente por aumentar nuestra generosidad, dando pequeños pasos hacia un diezmo íntegro.

 

Confía en Dios

La mayordomía es confiar en Dios. Creemos que nuestro generoso Dios siempre nos proveerá. Nadie tendrá jamás todo lo que desea, pero siempre tendremos todo lo que necesitamos.

 

Responsabilidad

La corresponsabilidad nos llama a reconocer que, al igual que en la Parábola de los Talentos, algún día Dios nos pedirá cuentas de todo lo que hemos hecho con los dones que nos han sido otorgados. Asimismo, las comunidades parroquiales que adoptan la corresponsabilidad deben rendir cuentas a la comunidad sobre cómo utilizan los dones que les han sido confiados.


Gratitud

La corresponsabilidad nos llama a estar siempre agradecidos por los dones que Dios nos ha dado. No solo estamos llamados a ser agradecidos con Dios, sino también con los demás. Así como damos gracias a Dios todos los días, una parroquia corresponsable también debe mostrar gratitud, reconocimiento y aprecio a quienes han contribuido generosamente al sostenimiento de la parroquia.


Contracultural

La administración es contracultural. Mientras que la sociedad nos anima a esforzarnos continuamente por más, la administración nos ayuda a reconocer que ya tenemos más que suficiente. De hecho, tenemos suficiente para compartir.


Discipulado

La mayordomía es discipulado. Nos esforzamos por poner a Dios primero en todo y por seguir a nuestro Señor.